España es país productor, ha iniciado los trámites para aprobar la regulación del cannabis medicinal, pero aún no ha legalizado su consumo terapéutico
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha notificado a la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes una previsión de producción de 36 toneladas de cannabis medicinal en 2024. España se convierte así en el séptimo país productor en el mercado farmacéutico del cannabis terapéutico en el mundo, y aunque se han iniciado los trámites para desarrollar el Real Decreto que apruebe la regulación del cannabis medicinal, aún no se ha legalizado su consumo para este uso.
José Carlos Bouso es director científico de ICEERS, psicólogo, doctor en Farmacología, miembro de la Fundación Canná, así como experto en el uso medicinal de sustancias psicoactivas de origen vegetal. En unas recientes declaraciones a Infosalus ha señalado que “hay muchos estudios donde se demuestra que el cannabis medicinal permite la reducción de fármacos de prescripción que tienen más efectos secundarios que el propio cannabis. Por ejemplo, en quienes tienen dolor crónico permite reducir el uso de opiáceos, que son medicamentos peligrosos, así como de las benzodiacepinas, la tercera droga más consumida en nuestro país”.
En España solo existen dos medicamentos oficiales aprobados por la AEMPS que contienen cannabinoides. Uno es el Sativex, que se utiliza para paliar la espasticidad en enfermos de esclerosis múltiple. El otro es Epidiolex, que sirve como tratamiento para las convulsiones en los síndromes epilépticos refractarios pediátricos. Estos son los únicos productos con cannabis medicinal permitidos en el país.
El pasado 13 de febrero el Ministerio de Sanidad y Consumo abrió un periodo de consulta pública previa, con el objetivo de recabar la opinión de los ciudadanos, pacientes, organizaciones y asociaciones sobre el futuro proyecto de decreto sobre regulación del cannabis medicinal en España. Entre otros aspectos establecerá “las condiciones para la elaboración y dispensación de fórmulas magistrales a base de preparados estandarizados de cannabis”.
Cómo afectará esta regulación a la industria farmacéutica
En cuanto a la investigación sobre el cannabis terapéutico, los fitocannabinoides más estudiados son el THC (o tetrahidrocannabinol) y el CBD (o cannabidiol). El primero produce relajación, sedación, analgesia, efectos antieméticos y estimulación del apetito (fundamentalmente por activación de los receptores CB1). Por otro lado, el CBD produce efectos analgésicos o antiepilépticos.
España está ocupando una posición preferente en la producción de cannabis terapéutico y esto puede suponer una gran ventaja si se produjera su legalización a la hora de ocupar una buena posición en el mercado farmacéutico del cannabis.
Actualmente, 25 entidades públicas y privadas tienen autorización de cultivo. Esta cifra supone un aumento del 150% con respecto a las que había en 2019. De estas empresas, 16 se dedican a la investigación, tres trabajan en la producción de semillas y esquejes con fines médicos y otras tres se dedican a la obtención de los lotes necesarios para la validación del proceso de fabricación de principios activos estupefacientes.
Además, miles de pacientes utilizan ya en España el cannabis para tratar sus dolencias, aunque su uso no esté regulado. Para hacerlo recurren al autocultivo personal de plantas o a asociaciones de usuarios de cannabis, que se encuentran en un limbo legal, y al mercado clandestino lo cual supone bastante riesgo.
También pueden sufrir la imposición de multas por incumplimiento de la Ley de Seguridad Ciudadana, que sanciona la tenencia de drogas en la vía pública con un mínimo de 600 euros.
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